viernes, 10 de marzo de 2017

Navantia en la Bahía de Cádiz renueva la distinción ambiental de la Junta de Andalucía



En la mañana de ayer; José Fiscal López, Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, acompañado por Patricia Cavada Montañés, Alcaldesa de San Fernando y Fernando López Gil, Delegado del Gobierno autonómico en Cádiz, procedió a la entrega del Distintivo de Calidad Ambiental de la Junta de Andalucía a los centros de Navantia en la Bahía.

Dada la frágil memoria de Juana María Fernández, Directora de Recursos Hunamos de Navantia, y Pablo López, Director de las instalaciones de Navantia en la Bahía de Cádiz, vamos a aprovechar estas líneas para reclamar nuestro trozo de la tarta, porque de no ser por los Comités de Empresa, y en particular sus respectivas comisiones de Prevención, Salud Laboral y Medio Ambiente, y a tenor de la lamentable gesión de la Dirección de Recursos Humanos en cuestiones de mayor enjundia, esta distinción no sería sólo inalcanzable, sino que además, probablemente recibiríamos más de un coscorrón por parte de la administravión.

Entendemos que no era un foro, ante las autoridades civiles y la prensa, para la autocrítica o admitir nuestras flaquezas, pero reconocer al menos la aportación de la representación de los trabajadores en este logro, algo que sólo hizo en su intervención Joaquín Durán Pérez, Jefe del Área de Medio Ambiente, hubiese sido un detalle de justicia y elegancia por parte de la Directora.

En parte lo entendemos. En un marco de relaciones laborales bloqueado por la Dirección de Recursos Humanos, sin diálogo social y con una gestión opaca y confusa, reconocer que allí donde se da cauce a la participación activa de la representación de los trabajadores y trabajadoras y la coordinación con los responsables de la empresa, la cosa no solo funciona, sino que merece el reconocimiento de la Administración, significaría admitir su incapacidad para dirigir los recursos humanos de esta empresa.

En su intervención, cuajada de autobombo y triunfalismo, en la que dejó claro que lo importante de Navantia es una empresa eminentemente tecnológica que cuenta con 500 ingenieros que le dan la impronta (¿Quien hace los barcos Dª Juana María?) y, eso sí, muchos becarios. Sí hizo mención a la magnífica labor que desarrollan los técnicos medioambientales sin la que esta distinción hubiera sido posible. Estamos completamente de acuerdo con esta afirmación y agradecemos la mención, pero también aquí le falla la memora a nuestra Directora pues olvidó recordar que estos cinco técnicos, de ser por la Dirección de Recursos Humanos, llevarían varios meses en la calle y que ha sido el empeño denodado del Comité de Empresa en general, la Comisión de Prevención, Salud Laboral y Medio Ambiente, en particular, y especialmente su Coordinador, el compañero Pepe Casas, lo que ha conseguido que hoy sigan llevando a la Bahía de Cádiz por el camino de la calidad ambiental. También olvidó comentar que estos trabajadores, con una dedicación que supera con mucho el estricto cumplimiento del deber, trabajan por un salario de 800 euros, coordinados por el único técnico de medio ambiente de plantilla, Jorge Sánchez de las Cuevas, inaccesible al desaliento, del que tampoco nadie se acordó.

No por estar ya acostumbrados a este trato a los trabajadores y trabajadoras y a este modelo de gestión dejamos de lamentarlo porque, más allá del agravio personal, no hace más que redundar en malestar, descontento y conflictividad socio/laborar. Y permítame una precisión para su endeble memoria, Navantia sólo tiene 13 años de existencia, los 300 los cumpliría Bazán y los 125, Astilleros Españoles, no se confunda, por favor.

En cuanto al distintivo, en realidad se trata de una renovación, ya que este distintivo, que tiene cinco años de vigencia, fue otorgado a los tres astilleros de la comarca en 2012. Este reconocimiento que abarca todas las actividades de las factorías, fabricación, construcción, mantenimiento, transformación y reparación de buques, no sólo reconoce el cumplimiento de la normativa vigente, sino que implica el implemento de instrumentos de control voluntarios establecidos en la Ley de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental (GICA), para reducir de manera continuada el impacto ambiental de su actividad, utilizar tecnologías limpias y para adoptar criterios de responsabilidad social en la gestión empresarial.

Para el Consejero,  esta acreditación reconoce el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras de Navantia para aplicar iniciativas enfocadas a mejorar el rendimiento ecológico en sus procesos productivos, así como la calidad, en términos medioambientales, de los productos y servicios que ponen en el mercado.