viernes, 7 de septiembre de 2018

La plantilla de Navantia en San Fernando, revive el día de la marmota 14 años después.

14 años separan estas fotos. Ni en la peor de las pesadillas pensábamos volver a repetir estos momentos.
Igual que hace 14 años. También a la vuelta de las vacaciones. También con un gobierno socialista. Pleno del Comité, Asamblea y salida a la calle a defender nuestro centro y el futuro de nuestra empresa.

Catorce años con sueldos congelados, convenio suspendido, sin promociones, prácticamente sin relaciones laborales,... en los que hemos extremado la cautela y la prudencia, sin alzar la voz, en pro del futuro de nuestra empresa, nuestro centro de trabajo y nuestra comarca y la consecución de un contrato que constituye un pilar fundamental en ese futuro. Un pilar demolido por la actuación irresponsable y prepotente de la ministra de defensa, Margarita Robles.

De todos es conocido el anuncio de la cancelación de la venta de 400 bombas de precisión láser a Arabia Saudí que, supuestamente, serían utilizadas contra población civil en Yemen.

Nada más conocer la noticia, dimos la voz de alerta y manifestamos nuestra preocupación ante las posibles repercusiones que este anuncio comportaría para el contrato de las corbetas, acción, según algunos, precipitada e infundada. En menos de 24 horas, el pasado miércoles recibíamos la confirmación de que Arabia supendía el contrato, entre otras acciones comerciales, y cancelaba la visita que la máxima autoridad de la Armada Saudí tenía prevista para asistir al inicio de las obras y coordinar su desarrollo. Las autoridades saudíes esperan una explicación ante la decisión unilateral que la ministra anunció a los medios de comunicación.

Los compañeros de CCOO de Puerto Real consiguieron sortear
el atasco producido y nos han acompañado en esta dura jornada.
Lo que tenía que pasar ha pasado. El pasado miércoles, un alto dirigente del PSOE al que acudimos en demanda de apoyo ante las primeras noticias que nos llegaban, aseguraba que el contrato de las corbetas para Arabia Saudí estaba asegurado y no corría peligro alguno, aunque eso sí, "la reacción del árabe es imprevisible". Somos simples trabajadores y trabajadoras sin el bagaje académico ni la trayectoria profesional de la señora ministra, pero no nos cabe duda de que si metes el dedo en el ojo a alguien, la reacción, cuando menos, buena no va a ser. No sabemos de leyes, como la jueza Robles, pero de construcción naval y las relaciones comerciales con según qué clientes le podríamos dar algún consejo, y ante su desventurada declaración, en cualquier caso nos consta de que la Sra. Robles dispone de un informe del CNI (Centro Nacional de Inteligencia) que refleja con todo lujo de detalles las repercusiones y consecuencias de las medidas que pretendía adoptar.

Nos duelen los dos mil millones de euros. Los seis mil puestos de trabajo directos. Nos duelen los tres años y medio de intenso trabajo y sacrificio. Nos duelen las ilusiones frustradas de una de las comarcas más deprimidas de Europa. Todo tirado por la borda por la acción de un gobierno que actúa a golpe de impulsos y populismo. Una de las primeras consecuencias en clave interna será la paralización sine die de las negociaciones del Convenio Único y del Plan Estratégico ya que contaban con este contrato como elemento esencial, y con ellos el rejuvenecimiento de plantilla, plan de inversiones, Astillero 4.0...

Es evidente que todo esto nos tiene hundidos, pero mucho nos tememos que no es más que la punta del iceberg ya que lo que el anuncio de la ministra ha puesto en jaque va mucho más lejos y afecta  a las relaciones comerciales entre Arabia y España. Alrededor de 500.000 millones de pesetas, cientos de empresas y miles de puestos de trabajo se han puesto en la picota. A esto hay que añadir el daño irreparable al prestigio y la credibilidad internacional de España.

De entre los muchos errores, "goles por la escuadra", "pasito patrás y a las bandas" que llevan cometidos tan ilustres señorías en estos tres meses, hay dos que hasta nosotros, simples trabajadores advertimos. Por un lado, nos han dejado sin nada que perder. Por otro, hasta el más iletrado sabe que no puedes acorralar a un animal, por manso que sea, sin dejarle una salida, porque arremeterá descontrolado contra todo, y nos han acorralado sin otra opción que la movilización. Hemos sido pacientes. Prudentes. Colaborativos. Acorralados y sin nada que perder, el tiempo de la calma ha terminado y solo nos queda la calle.

El próximo lunes volverá a reunirse el Pleno del Comité para analizar la situación y planificar un calendario de movilizaciones que será trasladado a la Asamblea de trabajadoras y trabajadoras el martes.


Clamé al gobierno y no me oyó,
y pues sus puertas me cierra,
de mis pasos en la tierra
dé cuentas el gobierno y no yo.