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Panorámica del caño con la draga Costa Verde al fondo |
El problema de los fangos es muy antiguo en estos entornos. Este se ha agudizado en el transcurso de los años debido a numerosos factores: por el hundimiento de cascos de embarcaciones en los Caños, práctica realizada para entorpecer el avance de enemigos en tiempos de guerra, y por diversos accidentes, por la construcción de puentes con grandes escolleras, el arrojo de astillas y lastres durante las labores de carena y, por supuesto, por la progresiva destrucción de esteros y salinas, que actuaban como fuerzas naturales de limpieza de los fondos, con las intermitentes aperturas de sus compuertas.
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Draga de cuchara, Venecia. 1595 |
Así pues, el primer artilugio del que se tiene constancia para la draga de los Caños es un enorme pontón, fabricado y dirigido por el ingeniero y piloto genovés Antonio Bobón que estaba dotado de seis cucharas de hierro y seis molinetes y era accionado a mano. En estos años se extraen los pecios de algunos barcos hundidos como Sacramento, Candelaria, Marañón, Concepción, San José...
En 1788 encontramos nuevas alusiones a los problemas del fango, que inutilizaban la Carraca y entorpecían la apertura de las puertas del recién inaugurado dique. Este mismo año, Fernando Casado de Torres idea un modelo de draga a vapor que sustituya a los pontones de cuchara en la limpieza de fondos, .proyecto que, aunque apoyado y aprobado, se abandona por falta de créditos. Otro proyecto similar, presentado por Agustín de Bethancourt, es arrinconado por la misma escasez de medios económicos.
A partir de abril de 1822 los viejos pontones son sustituidos por el pontón de vapor El Sevillano, construido en 1817.
Entre 1823 y 1832, se toma en serio el trabajo del dragado, principalmente en los diques y antediques, pues el fango obstaculizaba la apertura de sus puertas. Así, se adquirió una nueva draga de vapor que movía un rosario de sacos a la que se conoció con el nombre de Pantomima. Posteriormente se adquiriría otra a la que se bautizó, como Calamaro. En estos trabajos se extrajo del caño el casco del San Juan Bautista.
A la par que las fuerzas navales van incrementando su tonelaje, sustituyendo las velas por el motor, sus cascos y envergaduras de maderas por hierro... las necesidades de un mayor calado en los caños se hace ostensible. La necesidad de facilitar la navegación es palpable y muestra de ello es el concurso público que, el 31 de octubre de 1891, adjudica a Tomás Cobos y Varona el dragado del Caño de Sancti Petri, desde La Clica al Caño de la Culebra y desde el de San Fernando hasta Boca Chica y puente de Cuatro Torres, pero en 1893 se rescinde el contrato sin haberse utilizado la draga ni siquiera en los antediques por falta de financiación.
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Dragado del caño en 1905 Tras la draga se puede observar la "moderna" grúa trípode |
El 25 de enero de 1904 se promulgó un Real Decreto por el que, mediante proyecto de ley, se consignará en el presupuesto de 1905 una partida de un millón y medio de pts. para el dragado de los caños.
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La draga Costa Verde trabaja día y noche aprovechando las condiciones de las mareas |
Durante el pasado siglo se fueron sucediendo dragados parciales de muelles y antediques hata 2003 en que se procedió al último dragado en profundidad del caño.
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La draga Costa Verde en las cercanías de La Clica |
Fuente: El Arsenal de la Carraca y su lucha contra el encenegamiento: el dragado de los caños.
GARCÍA JUNCO, Ana Mª , 1994