viernes, 7 de diciembre de 2018

Ninguneo

Así se titulaba el correo remitido al Comité de Dirección de Navantia exigiendo el cese de Pablo López como Director de los astilleros de la Bahía de Cádiz  el pasado mes de octubre, ante una más de sus muchas actuaciones  a espaldas, y en ocasione en contra, de las trabajadoras y trabajadores, como fue el acuerdo de colaboración suscrito con Cruz Roja en San Fernando.

Recientemente se han llevado a cabo actos con motivo de la celebración de los 140 años de historia del astillero de Puerto Real. Vaya por delante nuestra satisfacción por tal efemérides. No quepa la menor duda de que nos alegramos de que el Astillero hermano cumpla 140 años, como el año pasado cuando cumplió 139, y como nos alegraremos de que el próximo cumpla 141. Faltaría más. No va de eso. Nuestro enfado, en esta ocasión, obedece a que en junio de 1717 se puso en marcha lo que hoy es el astillero de Navantia en San Fernando, y D. Pablo,  con la excusa de que la Armada, cuya participación consideraba indispensable, no se sumaría a esta conmemoración decidió posponer la celebración, pese a que desde mediados de 2016 veníamos trabajando en la celebración del 300 aniversario de nuestro astillero, elaborando un ambicioso programa de actividades que contaba con el apoyo decidido del Ayuntamiento de San Fernando, la Junta de Andalucía y la concurrencia de relevantes personalidades del ámbito académico y universitario.

Tampoco es para tanto, pensarán Vds., como tampoco lo sería el hecho de que, si bien en los textos que han acompañado la celebración se cita la pertenencia del Astillero de Puerto Real a Bazán en una de sus etapas, la bandera de la E.N. Bazán no haya figurado entre las que han presidido el acto central. Puede ser una minucia, D. Pablo, pero somos bazaneros (nosotros sí, no como Vd, aunque le faltó tiempo para cambiar su contrato con los astilleros civiles para pasar a formar parte de la plantilla de los militares de Navantia), y nos duele. Nos duele como bazaneros y porque si alguna bandera debía destacar en el acto sería precisamente la de Bazán, que tanto le escuece, porque gracias a Bazán, a costa de Bazán, está en condiciones de celebrar hoy el ciento treinta y pico aniversario.

No sería para tanto, decíamos, si no fuese porque esta aparente anécdota no es más que una escenificación de la actitud del Director de los Astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz hacia la factoría de San Fernando.

Desde el primer momento venimos padeciendo y denunciando la incompetencia y la nefasta gestión de este señor. Durante más de un año ha mantenido a nuestro centro en subactividad mientras repartía trabajo de los SUEZMAX por toda la provincia y otras zonas geográficas, viéndonos obligados a recurrir a la movilización para conseguir unas migajas que llevarnos a las manos. Un señor que actúa a espaldas de los trabajadores y trabajadoras y sus representantes, adoptando acuerdos y emprendiendo acciones, no ya laborales sino incluso sociales y políticas sin contar con su opinión ni tomarse siquiera la molestia de informarles, despreciando cualquier tipo de relaciones laborales.

Tampoco sería para tanto, si no fuera porque después de llevar dos años trabajando por la implantación de la formación dual en nuestra factoría, habiendo contactado tanto con los ayuntamientos e institutos de San Fernando, Cádiz, Chiclana y Puerto Real así como con la Junta de Andalucía, y recabado toda la información y documentación pertinente, intervienen D. Pablo y sus jerifaltes y todo queda en cuatro alumnos de un instituto privado y confesional de El Puerto.

No sería para tanto si no fuese por el mutismo cobarde de D. Pablo durante la semana larga en que peligró el contrato con Arabia mientras, eso sí, preparaba junto a sus pretorianos y corifeos la construcción de dos corbetas en Puerto Real si todo se solucionaba. Prentensiones que conseguimos frustrar.

Sería una gota en el océano si no fuese por la actitud pasiva de D. Pablo ante el desigual e injusto reparto de inversiones entre las tres áreas geográficas en que se asienta Navantia que deja a la Bahía de Cádiz prácticamente en el olvido.

Dan para mucho los agravios y menoscabos de D. Pablo  hacia nuestro astillero. Podríamos citar los obstáculos se nos ponen para acometer cualquier mejora en nuestras instalaciones frente a las facilidades que se dan al otro lado de la Bahía. Podríamos traer a la palestra la diferencia a la hora de abordar las deficiencias de personal en uno y otro centro. Podríamos hablar de tantas y tantas cosas... Pero no se nos malinterprete. A todo el que quiere escucharnos se lo decimos a boca llena. Políticos de todo signo, a la prensa, a directivos de la compañía, a nuestro Sindicato. Nuestra idea sobre la configuración de Navantia en Cádiz en el Plan Estratégico es la de un único astillero con tres centros complementarios entre sí, Cádiz, San Fernando y Puerto Real. El mayor núcleo industrial naval y tecnológico de Europa con capacidad para acometer cualquier proyecto, militar y civil de cualquier envergadura. Pero para ello necesitamos un director capaz, y D. Pablo no lo es.

Lo de la bandera puede que sea una insignificancia, pero es la gota que colma el vaso, por lo que, igual que ya lo hicimos en privado, hacemos pública nuestra exigencia del cese de D. Pablo López Díez como director de los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz.