domingo, 7 de julio de 2019

CADA VOTO CUENTA

Compañeras y compañeros, una vez más afrontamos el ejercicio democrático de unas elecciones sindicales.


Hemos de reconocer que al final de la legislatura nos embarga un profundo cansancio. Y lamentablemente no por el trabajo realizado. No por las agotadoras horas de coche, tren y avión, ni por las reuniones y discusiones interminables y hasta altas horas de la madrugada. Si algo ha caracterizado esta legislatura ha sido el juego sucio y la trapacería de quienes por una ambición desmedida de protagonismo ha sembrado de obstáculos el trabajo sindical en nuestro astillero.

En CCOO hemos intentado mantenernos al margen de estas insidias y ataques, aunque no siempre ha sido fácil, y así se lo hemos transmitido a los afiliados y afiliadas de nuestra Sección Sindical, instándolos a centrarnos en el compromiso de CCOO con la plantilla sin desperdiciar tiempo ni esfuerzo en caer en las provocaciones de que hemos sido objeto.

En el fondo es triste y patético. “Hay que cargárselos, si no puede ser en lo sindical, en lo personal”. Y aparecieron pintadas contra Peralta en la Barriada Bazán, denuncias falsas, como la que pusieron en la OCA por conducción temeraria en la factoría al Secretario General de la Sección Sindical, justo un día en que no había venido a trabajar. Apareció la célebre moción de censura, más propia de un capítulo de “la que se avecina” que de una labor sindical seria, orquestada para cargarse a Jesús Peralta y darle la Presidencia del Comité a otro sindicato. Una censura que nació fracasada reventándoles en las narices como pompa de jabón y que, si bien le dedicaron una amplia cobertura en prensa, radio, televisión y los mentideros de la factoría, nunca llegaron a explicar, dados los contundentes argumentos con que la presentaban, porqué contando con el candidato y los apoyos necesarios, nunca llegaron a culminarla.

Hasta se sacaron de la manga causas perdidas que abanderar y poder presentar como logros que acabaron en humo. Es la actuación propia de quien no tiene un proyecto que llevar a cabo y se mueven únicamente por ambiciones personales.

Cuatro años de soledad, afrontando todos y cada uno de los retos que atenazaban a nuestro astillero. Comenzamos esos cuatro años con los talleres vacíos y un contrato en el aire; con una plantilla envejecida e insuficiente, con unas instalaciones obsoletas y deterioradas, con la congelación de salarios y promociones… y tantos problemas cotidianos saturando el día a día, sin olvidar las dos grandes cuestiones de la legislatura, el Plan Estratégico y el Convenio. Soledad porque entre los que sólo quieren saber de lo suyo y desaparecen cuando lo consiguen; los empeñados en cargarse el sindicalismo y dedicados a traducir comunicados en gallego; los que han andado un paso atrás, de perfil y bajo el paraguas de las CCOO y los que estaban más pendientes del sillón de concejal (que tampoco consiguieron) que de lo que pasaba en la factoría, una vez más nos vimos al frente de la acción sindical.

Cuatro años de soledad en el centro que se ha visto compensada por el apoyo firme y decidido de CCOO. En la Coordinadora, en la Unión Provincial, en la Federación Regional y en la Nacional. Porque las CCOO somos un sindicato horizontal donde lo que cuentan son las fábricas y talleres, y cuando uno tiene un problema todo el mecanismo se pone en marcha, desde el Secretario General hasta el último de los administrativos o administrativas. Porque las CCOO hemos conseguido el Plan Estratégico, el Convenio, el relevo generacional. Porque las CCOO salvamos el contrato de Arabia cuando el resto nos llamaba alarmistas y se ponían de perfil.

Somos los primeros en reconocer que hemos podido cometer, pero estamos en condiciones de presentar, y así lo hemos hecho, un balance sobresaliente y un proyecto de futuro ilusionante. Entre otras cosas porque no lo hacemos nosotros, los de La Isla, lo hacemos las CCOO, porque sólo las CCOO contamos con presencia mayoritaria en todos los centros de Navantia y entendemos a Navantia como un todo, sin trasnochados localismos.

Un proyecto que contempla una solución definitiva a la política de subcontratación que impuso la anterior administración de Navantia. Una compañía de primera línea no puede escatimar en las licitaciones sometiendo a la industria auxiliar a unas condiciones que acaban pagando trabajadores y trabajadoras. Como sindicato de clase, para CCOO cualquiera que traspase las puertas del astillero debe asumir las mismas obligaciones y disfrutar los mismos derechos que la plantilla matriz.

Un proyecto que incorpora un plan de Igualdad real. Afortunadamente Navantia no padece las lacras que padecen otros trabajadores y trabajadoras en materia de género, pero aún tenemos mucho camino que recorrer para que la Igualdad sea una realidad transversal integrada en los genes de la compañía. En su día lo conseguimos con la Prevención y Salud Laboral, ahora lo conseguiremos con la Igualdad. Una Igualdad que debe comenzar con la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. En CCOO estamos en condiciones de afirmar que se trata de uno de los problemas capitales en este terreno. Pero, como en todo, lo afrontamos con una visión integral, más allá de solucionar nuestros propios problemas domésticos. A un padre con Alzheimer, una esposa con Fibromialgia, un hijo con Parálisis Cerebral, una hija con Espina Bífida… que no tienen la fortuna de haber conseguido un centro concertado, de nada le sirven las guarderías. También los hijos en edad escolar requieren atención, y forman parte de nuestro planteamiento, pero al fin de cuentas, los hijos son, para casi todos, una alegría mientras que los cuidados a personas dependientes constituyen un verdadero drama, y según los datos de que disponemos, la incidencia de esta problemática es abrumadora en nuestro astillero.

Igualmente nuestro proyecto contempla un trabajo serio en materia de Medio Ambiente. Ya nos satisface que nuestra pretensión de contar con un departamento específico para esta materia sea una realidad en Navantia, pero no hemos hecho más que empezar. Navantia debe seguir siendo una industria puntera, y además sostenible. Con un proceso eficiente de recogida y eliminación de residuos. Con un cuidado extremo para evitar vertidos contaminantes. Con una sensibilidad máxima por el cuidado y preservación del entorno privilegiado que nos acoge,

Las pretensiones a futuro de las CCOO en Navantia pasan por un cuidado máximo de la Ingeniería, tanto en Factoría Naval como en Sistemas, y su potenciación. Estamos en primera línea de la construcción naval porque nuestros magníficos operarios y operarias son capaces de ejecutar los diseños que elaboran nuestros compañeros y compañeras delineantes, técnicos y técnicas de oficina y los ingenieros e ingenieras. Para mantenernos en esa primera línea necesitamos una organización eficiente del Departamento. Unos recursos materiales de última generación. Un equilibrio entre especialidades adecuado y una plantilla suficiente que no nos haga depender de la subcontratación. En ningún lugar del astillero deberíamos depender de la subcontratación, pero en Ingeniería menos.

Evidentemente, el desarrollo del Plan Estratégico y el Convenio Único constituyen los ejes en torno a los que gira nuestro ambicioso proyecto, y a día de hoy las CCOO seguimos por fortuna al frente. Y las CCOO de San Fernando en primera línea, formando parte de las Mesas de Igualdad, Política de Empleo y Subcontratación, y sólo las CCOO estamos en condiciones, contamos con los recursos, para garantizar culminar el proceso con el éxito que todos y todas merecemos.

Otros, legítimamente, han optado por la dinámica política. El “calumnia que algo queda”, el “pim pam, pum”, el “y tú más” o el “puedo prometer y prometo…”. Hay muchas diferencias entre la práctica sindical y la política, pero la que se me antoja más significativa es que en unas elecciones generales te pueden colocar de cabeza de lista a un señor de Cuenca y no conoces prácticamente a nadie de la candidatura, y en la fábrica nos conocemos todos y todas, muchos desde pequeñitos. Pasamos más tiempo juntos que con nuestras familias. Conocemos nuestras grandezas y nuestras miserias. Nuestras trayectorias, profesionales y sindicales. Igual te has pasado la vida en alguna de esas oficinas recónditas, tétricas y apartadas, y has pasado más de incógnito, pero quien ha andado dando tumbos de oficina en oficina, de taller en taller, poco puede ocultar. Puede que en un primer momento esta práctica les dé resultado, pero más pronto que tarde cada pieza acabará ocupando su lugar. Por eso los de CCOO seguimos apostando por el sindicalismo combatiente y comprometido. 

Por eso las CCOO os pedimos que reflexionéis en profundidad antes de emitir el voto. Que recordéis estos cuatro años y cuanto ha sucedido. Que os preguntéis quien está en condiciones de culminar con éxito los procesos que hemos iniciado. Y entonces, sólo entonces, votad en consecuencia, y seguro que será a CCOO.

Desde CCOO, como es natural os pedimos el voto, pero por encima de todo os pedimos que votéis. Aunque sea cual sea el resultado el próximo día 9, las CCOO seguiremos al pie del cañón dándolo todo por todas y todos como hasta ahora desde hace más de cuarenta años, no debemos dejarnos vencer por la desidia o la suficiencia. Cada voto cuenta.