viernes, 31 de marzo de 2017

Más difícil todavía

El acto contó con la asistencia con un elevado número de trabajadores y trabajadoras de Navantia y las contratas que han
hecho posible este buque y que han querido participar en la celebración junto con sus familias.
Es cierto que no están las cosas para festejos ni alharacas, pero para quienes llevamos toda una vida ganándonos el sustento a orillas del caño de Sancti Petri, una botadura es como el bautizo de un hijo. Además, para muchos, esta puede que sea la última en la que tomemos parte, Por eso ayer fue un día grande para los trabajadores y trabajadoras de Navantia en San Fernando. La mañana ya comenzó bien con la reunión mantenida por los Comités de la Bahía con la Presidenta de SEPI, pero el momento cumbre de la jornada tendría lugar a las 17:51, cuando la Ministra de Defensa, Mª Dolores de Cospedal, estrelló la botella de contra la proa del Audaz y el buque inició su majestuoso descenso hacia el caño. Según nuestros datos, con esta son ya 229 botaduras las llevadas a cabo en el astillero desde que Patiño, allá por 1717 eligió este islote para asentar el Arsenal de La Carraca.

Nunca un buque llevó un nombre más acertado, porque audacia es lanzar al mar a un barco prácticamene terminado, cuando lo habitual es poner a flote poco más que el casco y en este caso va a más de un ochenta por ciento de acabado, algo único, no ya en España, sino en el mundo. Audacia es hacerlo con adelanto respecto a los plazos establecidos y por debajo del coste previsto, en el que a penas se han empleado más prolongaciones de jornadas que las estrictamente necesarias en casos puntuales. Audacia y maestría, profesionalidad, saber hacer de una gente heredera y mantenedora de una tradición tricentenaria en la construcción naval. Una gente de la Bahía de Cádiz, de Navantia y la industria auxiliar, que ayer sacaba pecho y, señalando temblorosos al barco mientras se deslizaba, decían llenos de orgullo a sus hijos, "ahí trabajo yo". dando, por la vía de los hechos, un jocifazo a cuantos agoreros desalmados manifiestan cada cierto tiempo que la Bahía no cuenta con profesionales cualificados.

Una vez más, La Isla hace historia. Es lo que nos toca, y a mucha honra. Historia callada, humilde, profunda. De esa que no aparece en los libros ni las enciclopedias, pero que cimenta el progreso y la prosperidad de un pueblo. Fue el Hércules, la Descubierta y la Atrevida, el Infanta Isabel, el Peral, el Cementador, el Ignacio L. Montenegro, el Fortuna, las LCM... porque en Navantia San Fernando no hacemos churros, ni barcos como churros. Cada construcción es única, un desafío que los trabajadores y trabajadoras de la Bahía de Cádiz superan con creces.

Es cierto. No está el horno para bollos, pero los 1003 hombres y mujeres de Navantia en San Fernando y los cerca de mil de la industria auxiliar que han hecho posible este logro, bien nos merecemos un momento de descanso, de orgullo y de gritar a los cuatro vientos ¡SOMOS LOS MEJORES!. Hoy, mañana, pasado, seguiremos en la brecha y en la lucha, pero ayer fue nuestro día y que nos quiten lo bailado. Como decía Ignacio de Loyola respecto de la Compañía de Jesús, "como corderos en la oración y como leones en la batalla".

Enhorabuena compañeros y compañeras.

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