Alrededor de las 9 de la mañana tuvimos noticias de que se iba a poner en funcionamiento una "patrulla anti drogas y alcohol".
De inmediato el Comité fue a darles el encuentro y en el Taller de Anillos dimos con Rafael Alías (Jefe de Gestión de Personal), Daniel Crespo (Jefe de Producción de Reparaciones) y Jesús Alcoba (Jefe de Mantenimiento) que confirmaron la medida por orden de Pablo López (Director de la Factoría), que se encontraba ausente.
Nos fuimos al despacho del Director, el Comité en pleno, donde se les reprochó, tanto a Pablo López como a J.A. Oliva (Jefe de RR.HH. de la Bahía) la adopción y ejecución de medidas, una vez más, a espaldas del Comité, así como, con el panorama que envuelve a Navantia y al Astillero isleño, sean estos los problemas que centran la atención de la Dirección de la Empresa.
Ni Pablo López, Oliva o Joaquín Aleu (Jefe de Producción de Factoría) fueron capaces de dar ninguna explicación o razonamiento más allá de excusas vanas y reprimendas por la actitud de los miembros del Comité.
Finalmente todo quedó en un acto testimonial y en palabras, sólo palabras.... de momento. Hay pendiente una movilización interna para exigir soluciones a los problemas concretos de nuestro centro y actuaciones como la de hoy no hacen más que proveernos de argumentos y razones para armar una acción contundente y unitaria.
Los últimos tiempos, el Comité de Empresa en general y esta Sección Sindical en particular, han jugado un papel más mediador que beligerante, demasiado para gusto de muchos, entendiendo el diálogo como la mejor arma para el entendimiento y buscando el equilibrio entre la conflictividad y la productividad para no dañar nuestro futuro. Esos tiempos han pasado. Están estableciendo nuevas reglas de juego, más que nuevas, están rescatando las viejas. Me vienen a la memoria mis tiempos de aprendiz en que el personal de la escuela registraba las taquillas en busca de grifa y aguardiente (de Alosno), y nos castigaban con un séptimo de jornal durante siete días. Nos movemos en un nuevo escenario levantado unilateralmente por la empresa en el que cada vez nos dejan menos que perder y cuanto menos tienes que perder, también cuesta menos arriesgar.
Si quieren jugar con esas reglas lo haremos. Tenemos experiencia, más que ellos, y cada vez menos que perder y más que ganar.